Para
hacer esta receta corté las patatas muy finitas, casi transparentes, unas
patatas nuevas que hubiera podido hacerlo hasta con piel y todo pero preferí
quitársela.
Pues
eso, con patatas y unas espinacas frescas le hice un lecho a la
morcilla de Burgos que ni el mejor jergón se le puede comparar.
Ingredientes
para 4 personas:
4-5
patatas medianas
300-
400 gr. de espinacas frescas
1
morcilla de arroz de Burgos
2 ajos
pequeños
piñones
sal,
pimienta blanca, azúcar
aceite
de oliva virgen extra
Cortar
las patatas muy finitas y ponerlas encima de papel de horno alineadas, rociadas
con un poco de aceite y sal, ponen en horno precalentado a unos 180º , media
altura, durante unos 6-10 minutos.
Ponerlas en un plato y reservar.
En una
sartén poner los ajos laminados y los piñones a tostarse con unas gotas de
aceite.
En la
misma sartén poner las espinacas frescas lavadas y escurridas, un poco de sal,
una pizca de azúcar y saltear unos minutos. Poner pimienta blanca.
Mezclar
con los piñones y los ajos salteados anteriormente. Reservar.
Cortamos
unas rodajas de morcilla de arroz y les damos vuelta y vuelta en la misma
sartén. Reservamos.
Montamos
el plato poniendo un lecho de patatas, encima las espinacas y terminamos con
las rodajas de morcilla. Unos piñones y láminas de ajo , rociado con unas gotas
de aceite de oliva virgen extra.
NOTA: Las patatas no deben de
amontonarse demasiado.
** Las patatas también pueden hacerse en el microondas pero no quedan tan crujientes, mejor en horno.
** El
tiempo en horno depende del grosor de las patatas, tienen que dorarse un poco,
yo las dejé 6 minutos.
** Las
espinacas mejor que sean frescas, las congeladas quedan demasiado blandas ,
aquí interesa que queden poco cocidas.
** La
cantidad de ajo al gusto pero demasiado “mata” el resto de sabores.
** No
se ensucia nada, se hace en poco tiempo
y resulta deliciosa, mejor imposible.
Celíacos: aseguraros bien de que todos los ingredientes sean sin gluten.