Las trufas, una variedad de hongos, son una joya que nos da la tierra y que hay
que saber tratar.
Si llegan a
vuestras manos unas trufas tal cual han estado recogidas, es decir, con tierra,
os cuento como limpiarlas y conservarlas.
Estas de la
fotografía, son trufas negras de invierno, tuber melanosporum, Périgord, para mí las mejores que hay.
Primero, si
no se van a emplear de inmediato, se envuelven en un paño de algodón, o se
introducen en una bolsita de este tipo de tela tal cual están, con la tierra
adherida, dentro de la nevera, un par de días.
Para limpiarlas, se lavan bajo el chorro de agua fría y con ayuda de un
cepillito de cerdas blandas ir
eliminando la tierra que las envuelven, repasar bien los recovecos y pliegues para eliminarla bien.
En la foto
podéis ver una trufa limpia y otra con la tierra que lleva adherida.
Para conservarlas una vez limpias, se envuelven en una tela de
algodón y se guardan en la nevera.
Se mantienen
en buen estado unos 7-9 días, a partir de ahí se estropean, se secan y según
como, se pudren.
Admiten la
congelación muy bien, así que mejor congelarlas ya que se mantienen unos meses
en buen estado.
A la hora de
utilizarlas no se descongelan, se sacan del congelador se rallan o se laminan y
de nuevo se vuelven a congelar.
Que suerte disponer de estas magnificas trufas! Que envidia! Dan un toque divino a todos los platos, muy buena idea congelarlas! Un beso!
ResponderEliminarQue delicia!!
ResponderEliminarUn beso
No tengo cada año, pero es mejor saber como tratarlas por si acaso ;-)
ResponderEliminarGracias por comentar.
Besos